sábado, 13 de marzo de 2010
En su caminata por la vida, Manuel Jiménez canta a la salud de Robert Vargas
Los Mina.- Continuaba yo recluido en mi casa haciéndole caso una prescripción de los médicos, que me obliga a mantener resposo, cuando escuché una inusual algarabía que procedía de la calle.
De unos altoparlantes colocados encima de un vehículo ssalía un sonido que decía:
-"¡Rogamos a Dios por la salud de Robert Vargas...!".
Detrás venía una multitud llevando carteles y cantando. Delante del grupo, al centro, estaba el diputado Manuel Jiménez.
Se trataba de la caminata por la salud y el medio ambiante que había anunciado 24 horas antes.
Le acompañaban, entre otros muchos seguidores suyos, los concejales Winston Báez y Daneris Santana.
Los dos me miraron sonrientes. Se les notaba alegres. De hecho, corrieron hacia mí para abrazarme y lo hicieron. Se les veía contentos porque no me morí.
En menos de un minuto me convertí en el centro de atención de la multitud. Todos, o casi todos, me hacían alguna señal de estímulo. Un derroche de cariño y solidaridad que les agradezco.
(Además, estaban gozando, porque yo me había "blanqueado", sin usar la crema de Sammy Sosa. En estos dias soy un negrito menos oscuro tendiendo a amarillo. Parece como si Drácula me chupó la sangre).
Manuel Jiménez salió rápido del grupo, vino y me abrazó.
-"Me alegro de que estes mejorando. Cuidate, que mucha gente de quiere", me dijo, mientras los dos bromeamos acerca de que no debo morirme ahora porque, si lo hago, la campaña electoral en Santo Domingo Este pierde cierto brillo.
Cinthia, mi adorable compañera, no escuchó esas bromas. A ella no le agrada que hablemos de que me voy a morir. La entiendo. Pero, algo de humor negro no cae mal. (¿Porqué le dice "humor negro" y no "humor blanco"?).
Mientras Manuel y yo conversabamos, quizás unos 30 segundos, no más, un grupo de bailarines se colocaba frente a nosotros. El micrófono voló hacia las manos de Manuel y este comenzó a cantar. Los muchachos bailaban. Los amigos me saludaban. Julio Benzant, del equipo de Ciudadoriental.com, tomó la cámara y comenzó a hacer fotos. Después la cambió y grabó en video lo que ocurría.
Cinthia llegó y me abrazó. Ella siempre lo hace y yo me aprovecho.
Manuel cantaba. Esta vez su canto era "por la salud de Robert"; como también lo eran los aplausos, las risas y el baile estupendo de los muchachos.
-"¡Salud para Robert!", gritó Manuel al final de su canto.
Cinthia, los demás y yo aplaudimos en forma entusiasta.
No todos los días viene una multitud a cantar y bailar por tu salud frente a tu casa.
La marcha por la salud, la vida y el medioambiente continuó por las calles de Los Mina. Todo era alegría.
Sobre sus cabezas estaban los carteles de "Manuel Jiménez diputado".
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